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Si alguna vez se ha preguntado qué significa realmente ser cristiano, en cierto sentido es más sencillo -y más profundo- de lo que la mayoría de la gente cree. No se trata de unirse a una iglesia, limpiar sus actos o prometerle a Dios que esta vez lo hará mejor. Se trata de recibir lo que Jesucristo ya ha hecho por ti.
La Biblia dice: "A todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios" (Juan 1:12). Ser cristiano comienza cuando admites que no puedes salvarte a ti mismo y pones toda tu confianza en Cristo -su muerte en la cruz y su resurrección de la tumba- como tu única esperanza de perdón y vida eterna.
Pero esto es lo que tardé años en descubrir: Dios no sólo quiere el 99% de nosotros. También quiere el 1% final, la parte a la que queremos aferrarnos y proteger. Para mí, al renunciar a ese último 1% fue cuando se produjo la verdadera transformación.
Pablo lo dijo de esta manera: "He sido crucificado con Cristo, y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí" (Gálatas 2:20). En el momento en que dejas de intentar dirigir tu propia vida y cedes todo el control a la autoridad de Cristo, te conviertes en una nueva creación en Él o, como dijo Jesús, "naces de nuevo".
Si estás preparado para dar el siguiente paso -y espero que lo estés-, puedes hacerlo ahora mismo, estés donde estés. No hay una fórmula mágica, sólo un corazón honesto que esté totalmente entregado al Señor. Es simplemente una oración que dice "no" a tu pasado y "sí" a todas las cosas buenas que Jesús tiene reservadas.
"Señor Jesús, he pecado contra Ti y contra otros, y necesito desesperadamente Tu perdón. Creo que Tú moriste en la cruz por mí y resucitaste de la tumba. Tú viviste la vida perfecta que yo no podía vivir y moriste la muerte brutal que yo merecía morir-todo debido a Tu abrumador e inconmensurable amor por mí. Ahora te entrego el 100% de mí mismo y recibo el 100% de Tu sacrificio por mí. Ayúdame a vivir mi vida de ahora en adelante, completamente dedicado a servirte"
Si oraste eso y lo dijiste en serio, felicidades-acabas de comenzar una nueva vida en Cristo. Bienvenido a la familia. Cuéntale a otro cristiano lo que acaba de suceder, y busca pronto una iglesia creyente en la Biblia en tu área.