El Evangelio en la vigilancia de Tess

6 de noviembre de 0025

El Evangelio en la vigilancia de Tess

6 de noviembre de 0025

El Evangelio en la vigilancia de Tess

En la película Guarding Tess (1994), Shirley MacLaine interpreta a Tess Carlisle, la Primera Dama viuda de un ex presidente de Estados Unidos, una mujer acostumbrada al poder, los privilegios y el control, pero ahora exiliada a la vida lenta y tranquila de un pequeño pueblo de Ohio. 

El agente del Servicio Secreto Doug Chesnic (Nicolas Cage) es el encargado de protegerla. Para él, custodiar a Tess es un castigo: ella es exigente, manipuladora y le encanta tocarle la fibra sensible. Su relación comienza como una guerra abierta: ella le trata como a un sirviente; él responde con frialdad y distancia procedimental.

Pero entonces llega la escena del funeral, en la que todo cambia. Es un pequeño detalle, pero lo dice todo sobre quiénes son realmente estos dos. Es el momento en que Tess se da cuenta de que las mejillas de Doug Chesnic están llenas de lágrimas:

Tess Carlisle:

"Lloraste en su funeral. Te vi."

Doug Chesnic:

"Era un funeral, señora."

Tess Carlisle:

"Ni siquiera te gustaba. Me dijiste que era un canalla".

Doug Chesnic:

"Era el Presidente de los Estados Unidos, señora."

A pesar de conocer con detalle explícito los fallos del ex presidente -vergonzosos y graves-, el agente le quería a pesar de todo.

Ese mismo acto de amar a alguien que no era adorable hizo que Doug Chesnic se encariñara con Tess. A partir de ese momento, los dos se hicieron muy amigos.

¿Has captado la frase: amar lo que no se puede amar? Si nos preguntaran: ¿Cuál es la mejor manera de definir el Evangelio? Pues así. ¿Quién hubiera imaginado que un principio espiritual tan rico se esconde en el guión de una película de Hollywood? A sabiendas o no, sin duda está ahí. 

Tú conoces tus defectos y yo los míos. Somos incapaces de ocultar lo peor de lo peor, cada uno digno de sonrojo por derecho propio.

Y, sin embargo -he aquí la parte loca-, el Señor de la creación no sólo nos tolera a nosotros y a nuestros defectos; nos adora con una adoración insufrible a pesar de nuestros defectos.

¿Qué clase de Dios cantaría sobre sus súbditos caídos con himnos de adoración desenfrenada? Como un padre orgulloso regocijándose exuberantemente sobre su bebé recién nacido en su cuna, años antes de que el niño pudiera hacer algo meritorio o correcto.

Sólo el Señor Dios de la Biblia podría -y haría- algo así.

¿No suena casi a ficción? Seguro que sí. Pero no lo es.

El difunto pastor Tim Keller escribió en su libro El significado del matrimonio:

Ser amado pero no conocido es reconfortante pero superficial.

Ser conocidos y no amados es nuestro mayor temor.

Pero ser plenamente conocido y verdaderamente amado es, bueno, muy parecido a ser amado por Dios.

El jardinero y las espinas

Hace años, un jardinero recorría su finca todas las mañanas, podando, regando y cuidando sus plantas como si fueran niños.

Entre sus hileras de rosas había un arbusto feo y retorcido, medio muerto, lleno de espinas y que se negaba a florecer. Sus trabajadores le sugirieron que lo arrancara.
Pero él no quiso.

En lugar de eso, recortaba su madera muerta, alimentaba sus raíces y lo regaba a mano. Cuando le preguntaron por qué derrochaba tanto esfuerzo, respondió en voz baja: "Porque es mío".

Un año más tarde, ese mismo arbusto explotó en color: las flores carmesí más intensas del jardín.

El jardinero nunca lo quiso porque era hermoso.

Se volvió hermoso porque él lo amaba.

En Isaías 1:18, el profeta Isaías afirmó,

"Venid ahora, razonemos juntos, dice el Señor: aunque vuestros pecados sean como la grana, quedarán blancos como la nieve; aunque sean rojos como el carmesí, se volverán como la lana."

En Tito 3:3-5, el apóstol Pablo escribió:

"Porque nosotros también fuimos en otro tiempo insensatos, desobedientes, extraviados... Pero cuando se manifestó la bondad y la benignidad de Dios, nuestro Salvador, nos salvó, no por obras de justicia hechas por nosotros, sino según su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y la renovación del Espíritu Santo."

Nota práctica

Si yo me limito a escribir este blog y tú te limitas a leerlo, y nada más, ambos estamos perdiendo el tiempo. 

Para que lo que estoy compartiendo tenga dientes, te pediría que te comprometieras con dos aplicaciones prácticas: 

- Dedica 10 minutos antes de irte a dormir esta noche a dar gracias a Dios por deleitarse en ti, a pesar de que conoce tus defectos. Por favor, no pases por alto esas tres palabras -disfrutar de ti- ya quese aplican directamente a ti. Asimismo, razonemos juntos: "Nuestro Dios es tan increíblemente bueno".

- La primera fue fácil; la siguiente, no tanto. Escoge al canalla que más te irrite, y pídele a Dios que te dé un amor sobrenatural hacia él o ella. Al hacerlo, alégrate, porque estás a punto de parecerte mucho más a tu Dios más Glorioso. 

¿Cómo puedo decirlo? Muy fácil. Mira abajo: